Mantener el alma en estado de marcha,
mantener el contingente a distancia,
mantener el alma por sobre la refriega,
mantener a Dios como una idea cualquiera,
un apoyo, una eventualidad,
una comarca salvaje del universo poético,
mantener las promesas de la infancia,
mantener a raya la adversidad,
no dar cuartel al adversario,
mantener la palabra abierta,
hacer pagar caro a sus debilidades,
no dejarse arrastrar por la corriente,
mantener su rango en el rango de aquellos
que están decididos a mantener al hombre
en posición estimable,
no dejarse seducir por lo fácil
bajo el pretexto de que los peores
se elevan cómodamente al más alto nivel mientras
los mejores difícilmente mantienen el camino,
ser digno del privilegio de ser
bajo la forma más lograda: el hombre.
O mejor aún, la mujer.